Córdoba es una ciudad con un ingente legado cultural y monumental. Su situación estratégica, cercana al río Guadalquivir, antaño navegable, y la herencia de los distintos pueblos asentados en sus ricas tierras, la han convertido en un lugar privilegiado.
La Unesco (Organización Cultural, Científica y Educacional de Naciones Unidas) reconoció en 1994 la importancia universal de los bienes históricos cordobeses, ampliando el título de Patrimonio de la Humanidad no sólo a la Mezquita Catedral, sino también a todo el conjunto urbano que la rodea. Además, en diciembre de 2012, Córdoba recibió otro distintivo más: La Fiesta de Los Patios fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Por tanto, Córdoba cuenta con 3 inscripciones en la Lista del Patrimonio Mundial concedidas por la Unesco: La Mezquita Catedral (1984), el centro histórico que la rodea (1994) y la Fiesta de Los Patios (2012). Además, como el resto de España, disfruta del título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad concedido también al Flamenco (2010) y a la Dieta Mediterránea (2013).
La categoría de Patrimonio de la Humanidad se concede con el objeto de proteger, identificar y preservar el abolengo cultural o natural que se considera especialmente valioso. Ostentar este título comporta una serie de derechos y obligaciones de los que esta ciudad se ha hecho justa merecedora.
La Unesco define el Patrimonio como el legado que recibimos del pasado, lo vivimos en el presente y lo transmitimos al futuro. A los responsables políticos y culturales de Córdoba, así como a todos los ciudadanos, se nos ha encomendado la tarea de vigilar, conservar, proteger y fomentar el estudio de nuestra historia, con el propósito de contribuir a que nosotros mismos, así como otros pueblos y culturas la conozcan y se enriquezcan con ella.